Reunión con unos amigos en casa, algo de picoteo para acompañar unas copas de vino. Hay que ser prácticos y a veces vamos apurados de tiempo. Una buena tabla de embutidos, una ensalada y un camembert o un brie al horno, en 20 minutos ya está listo.
Camembert o brie, quesos franceses por excelencia, untuosos, ricos, cremosos, ligeramente picantes, hechos con leche de vaca, todo un placer para el paladar.
Si no conoces muy bien el camembert, es un queso redondo francés, muy similar al brie, pero viene en una caja de madera. El queso camembert se produjo por primera vez en el siglo XVIII en Camembert, Normandía en el norte de Francia. Se vende en una rueda entera lo que facilita el horneado. Si tienes la oportunidad, busca el AOC Camembert de Normandie, que está hecho con leche no pasteurizada, obtendrás lo mejor de lo mejor, pero cuidado aquellos que no puedan tomar este tipo de quesos, como las embarazadas.
Los dos quesos tienen una superficie de moho blanco y se conocen como quesos de maduración superficial. El interior es de textura suave y cremosa y el exterior tiene una corteza blanca. Sin embargo, tienen algunas diferencias. El brie tiende a tener un mayor contenido de grasa (65%) y el camembert se acerca al 45%. Ambos tienen un sabor con un aroma terroso (ligeramente similar a los hongos), pero el brie tiene un sabor más mantecoso y delicado. El camembert, en cambio, tiene un sabor más intenso y a nuez.

Una tabla de embutidos españoles (jamón serrano, lomo, cecina) o italianos (prosciutto crudo, panceta, coppa, bresaola, mortadella, salame, speck) acompañados de fruta, como manzana, pera, uvas, melocotones, el camembert al horno y un buen vino blanco o tinto. Velada solucionada. A vuestra salud.
Puedes encontrar esta receta en Diet Doctor.