Ucrania, el segundo país europeo, después de Rusia, en cuanto a extensión y con unos 41 millones de habitantes está tristemente en las noticias hoy en día. Por su gente, por darlos a conocer y por acercarnos más a ese pueblo valiente hemos hecho uno de sus platos más conocidos, el borsch ucraniano.
Borsch hay muchos, cada país eslavo tiene una variante, es más, cada familia tiene su variante. La base es siempre la misma: un buen y nutritivo caldo de carne y la remolacha. Nosotras, para esta receta, nos hemos basado en dos: una es la de Esbieta , ucraniana afincada en España ya desde hace años, amante del pan y de recetas tradicionales que hace suyas con sus consejos y con la dedicación y amor que le pone a cada receta. Cuenta con 2.79 millones de seguidores en YouTube, ahí es nada. Nos gusta muchísimo cómo elabora cada receta, con pasos claros, concisos y consejos a tener en cuenta.
La otra receta en la que nos hemos fijado es de la familia de Rita, vecina de Silvia, afincada desde hace un par de años en Irlanda y que ahora sigue con angustia el transcurso de la guerra en la distancia.

Consejos a la hora de cocinarlos: un buen caldo de carne como base es esencial, puede ser de pollo, de res, de cerdo, mezcla. Corta las verduras en juliana y respeta los tiempos de cocción de cada ingrediente. Cuando pruebes la sopa te darás cuenta de esos dos detalles.

En casa de Rita le ponen un poco de tocino para darle más sabor. Lo incorporan al principio, con el aceite. También ponen un chorrito de jugo de limón para conservar el color vivo de la remolacha y tomates encurtidos que hacen en casa y le aportan un punto ácido que le va de maravilla. Ella, a veces, también le pone una cucharadita de azúcar, eso va en gustos.